Existen 4 tipos
diversos de abortos provocados:
1- Aborto Terapéutico: Se realiza porque de continuar el
embarazo se pone en peligro la vida materna.
2- Preventivo o Eugenésico: Cuando es demostrado que el feto
tiene anomalías congénitas incompatibles con la vida o grandes malformaciones.
Los diagnósticos prenatales, no presentan dificultades
morales si se realizan para determinar eventuales cuidados necesarios para el
niño aún no nacido, con mucha frecuencia son ocasión para proponer o practicar
el aborto. Es el aborto eugenésico, cuya legitimación en la opinión pública
procede de una mentalidad que acoge la vida sólo en determinadas condiciones,
rechazando la limitación, la minusvalidez, la enfermedad.
3- De causa Psico-Social: Cuando no es
deseado el nacimiento por múltiples circunstancias:
Económicas, psicológicas, mujer soltera, etc. Es la mayor
causa de aborto del mundo.
4- Aborto Ético o Humanitario: El provocado en caso de violación
o incesto
El aborto se convierte en un hecho social dramático,
presente en todas partes del mundo. A pesar de los datos científicos que
afirman la existencia humana desde el momento de la fecundación y de las
llamadas de atención sobre la protección y respeto que merece desde ese
momento, crece hoy la realidad del aborto y una mentalidad favorable a su
práctica, estando esta última estrechamente ligada al actual contexto
socio-económico, a la sociedad del bienestar que se orienta por criterios de
consumo y de eficacia, y pierde la sensibilidad por los valores morales. La
facilidad para realizarse un aborto ha llevado a utilizar esta práctica,
inclusive, como método anticonceptivo.
La medicina encuentra en éste hecho social y esta actitud
permisiva un verdadero reto, porque como es obvio, el aborto atañe e implica
directamente al médico. Supone una contradicción profunda. Si por definición el
médico es el protector de la vida, y sus esfuerzos se encaminan a prolongarla,
a retrasar la muerte, no puede haber mayor contradicción que el intento de provocarla y la liberación del aborto, difícilmente puede
consumarse sin la complicidad activa de los médicos
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